Los trabajadores de Radio Televisión Española (RTVE) han estallado en una rebelión contra la presentadora Silvin Churrondo, quien ha demandado a la corporación por condiciones laborales que no se ajustan a la normativa. El sindicato USO ha tomado la delantera en esta lucha.
En un comunicado explosivo, los empleados de RTVE acusan a Churrondo de intentar obtener privilegios salariales y condiciones que no son accesibles para el resto de la plantilla. Aseguran que sus demandas son un agravio ético y un desprecio hacia quienes sostienen la corporación con su esfuerzo diario.
La controversia comenzó cuando Churrondo, que trabajaba como profesional externa, fue obligada a regularizar su situación laboral tras una inspección. Se le ofreció un contrato como personal no fijo, con un salario acorde al convenio, lo que representa una drástica reducción de sus ingresos.
Churrondo, que anteriormente facturaba hasta 269,000 euros anuales, ahora se enfrenta a un salario de aproximadamente 45,000 euros más pluses. Sin embargo, ella ha solicitado beneficios que disfrutaba como externa, como desplazamientos cubiertos y autonomía total en su trabajo.
El sindicato USO ha sido claro: no aceptarán presiones para romper la coherencia salarial del sector público. En su declaración, subrayan que RTVE no puede vulnerar su marco jurídico ni abrir la puerta a excepciones que favorezcan a unos pocos.
La advertencia es contundente: “Aquí no caben atajos ni tratamientos de favor”. Los trabajadores de RTVE están decididos a defender la igualdad de trato y la justicia en el ámbito laboral, rechazando cualquier intento de privilegio que ponga en riesgo la integridad de la corporación.
La situación ha desatado un conflicto interno en RTVE, y los ecos de esta rebelión resuenan en todos los rincones de la corporación. La lucha por la equidad y la dignidad laboral ha comenzado, y los trabajadores están listos para hacer frente a cualquier intento de favoritismo.
La comunidad de RTVE observa con atención el desarrollo de este conflicto. La presión sobre la dirección de la corporación aumenta, y la respuesta de los trabajadores podría marcar un precedente en la lucha por condiciones laborales justas en el sector público.
