Elisa Beni denuncia el ataque político de Óscar Puente tras su salida del diario
En un giro explosivo de los acontecimientos, la periodista Elisa Beni ha denunciado públicamente al ministro de Transportes, Óscar Puente, tras su controvertida salida del diario donde colaboró por más de una década. La decisión de Ignacio Escolar de prescindir de Beni ha desatado una ola de críticas y ha puesto de manifiesto la peligrosa intersección entre el poder político y la libertad de expresión en los medios de comunicación.
La controversia comenzó cuando Escolar anunció que Beni dejaba de ser columnista, citando sus continuos desprecios hacia la redacción en las redes sociales. Sin embargo, la situación se intensificó cuando Puente, en un arrebato de autoridad, se pronunció sobre el despido, afirmando que la periodista se había “autoexpulsado”. Su intervención, lejos de ayudar al debate, ha sido vista como un intento de desacreditar a Beni desde su posición de poder.
Beni no tardó en responder. En un mensaje incisivo, cuestionó la intromisión de un ministro en un asunto que debería ser estrictamente profesional. “¿Qué hace un ministro opinando sobre el despido de una columnista?”, se preguntó. La periodista también recordó que Puente la había señalado públicamente semanas antes, una acción que, según ella, no fue reprobada por nadie en el medio.
La crítica de Beni a Puente no se detuvo ahí. En un tono irónico, planteó una inquietante pregunta: “Si me sentencia Puente, ¿para qué defender la independencia de los jueces del Tribunal Supremo?” Sus palabras han puesto en evidencia un problema más amplio: el creciente uso del poder institucional para influir en las voces críticas y deslegitimar el debate.
La controversia ha generado acusaciones de censura hacia el diario, y varios periodistas, entre ellos David Alandete, han cuestionado la decisión de Escolar, tildándola de “risible y antiperiodística”. Alandete afirmó que el comunicado del medio mezcla hechos y juicios, transformando la salida de Beni en un relato moralizante.
El caso de Óscar Puente y Elisa Beni se ha convertido en un símbolo de cómo la discrepancia profesional puede verse distorsionada cuando un político interviene en el ámbito periodístico. Beni ha revelado una verdad incómoda: en España, la libertad de opinión en los medios es cada vez más precaria, y la influencia de figuras gubernamentales sobre lo que se puede o no decir está en aumento.
Como ha dejado claro Beni, cuando un ministro sentencia, la crítica pierde su libertad y se convierte en un blanco. La situación es alarmante y exige una reflexión urgente sobre el papel de los medios y la autonomía de sus voces. La batalla entre la libertad de expresión y el poder político está lejos de terminar.